Wednesday, September 28, 2011

20 años de La National Film Chamber Orchestra en Tiempo Argentino

El arte de ponerle musica al cine mudo


Por Juan Manuel Strassburger

Fundadores de la National Film Chamber Orchestra, comparten esta original propuesta de musicalizar todo tipo de films, desde clásicos hasta desconocidos. “Cada película tiene un tono y nosotros lo reproducimos en términos musicales.”


La idea es, desde hace 20 años, un éxito: musicalizar en vivo películas mudas de distinto origen, éxito y extracción. Así pueden caer en la volteada desde clásicos como Nosferatu, de F.W. Murnau, o Metrópolis, de Fritz Lang, hasta cintas inéditas rescatadas de alguna casa familiar o films porno de los orígenes del cine.
Fernando Martín Peña, el programador e ideólogo del proyecto, y Fernando Kabusacki, director de la National Film Chamber Orchestra (la agrupación encargada de musicalizar los films), conforman este equipo de trabajo encargado de otorgarle espesor y actualidad a gran parte de estas películas. Y en convertir, cada emisión en el Malba (donde recalaron hace diez años) en una experiencia única e irrepetible.
Según cuenta Kabusacki (músico multifacético y vanguardista, miembro de Los Gauchos Alemanes, además de guitarrista de María Eva y Francisco Bochatón), la iniciativa arrancó en Rosario y Santa Fe con la musicalización de unos cortos animados de Winsor MacCay que tuvieron una muy buena recepción de parte del público.

–¿Qué fue los que les llamó la atención?
Peña: –Fue más una evolución porque en ese momento la música que hacía Fernando era más abstracta, menos armónica. Buscaba crear un clima para el corto más que acompañarlo como después terminamos haciendo.
K: –Claro, cuando nos dimos cuenta de que lo que teníamos que hacer no era improvisar sino “tocar la película”.
–¿Cómo es eso?
K: –Tocar la música de la película como si fuera una partitura.
P: –Entender que primero va la película y recién después la música que surge de ella. Y que las dos cosas se terminan de complementar en el espectador. Lograr todo eso no es nada fácil para el músico. Implica descubrir un tono del film y reproducirlo en términos musicales.
–Eso obliga a modelar el ego del músico de otra manera, ¿no? Porque tiene que aceptar que ya no es el protagonista principal.
P: -Sigue teniendo un rol fundamental. Pero distinto al anterior. Tiene que entender que la gente no lo está escuchando a él, sino a la música a través de la película. Son dos espectáculos simultáneos donde la música sirve al cine.
–¿Hay alguna instancia previa donde los músicos toman contacto con la película?
P –No. Y les gusta. Lo que a veces puede pasar es que me pregunten al pasar de qué va la película.
K: –Él nos dice: empieza todo bien y termina todo mal. Ya con eso estamos (risas). Al principio tuvimos el impulso de ensayar lo que íbamos a hacer, pero perdíamos la frescura y el proyecto tiene un nombre pomposo pero es algo divertido y liviano.
P: –Yo diría que es funcional, en el sentido de que no es excepcional. No es algo dificilísimo de ejecutuar o realizar. No necesitás un marco especial para hacerlo.
K: –A mí lo que me gusta es que, de esta manera, sacamos la película del museo o del exclusivo ámbito cinéfilo. El film toma más vida; una profundidad y un color que permite vivenciarlo de otra manera. El cine mudo toma una frescura que lo actualiza y lo renueva.
–¿Cuáles son los momentos que recuerdan como los más destacados en estos 20 años?
P: –Yo el momento en el que dije, ¡ah la mierda! fue con La ira del espadachín manco, donde hicimos una intervención porque es un film de Hong kong, de artes marciales, que tiene música todo el tiempo, salvo en los momentos de acción, donde los tipos empiezan a matarse. La cosa es que vino él (por Kabusacki) con el Mono Fontana y esa noche estaban embrujados. No podías distinguir lo que era la película de lo que hacían ellos dos. Era perfecto.
K: –Otro momento muy bueno fue las veces que vino Charly García.
P: –Sí, vino para El fantasma de la ópera y Metrópolis. Yo, muy asustado, le preguntaba: “¿Usted quiere entrar primero o después de los títulos?” Y él me decía: “No, hagámoslo como lo hacen siempre.” Y fue impecable.


----------------------

Faust es el unico CD de La National Film Chamber Orchestra, editado en 2002


...........